CODDEC-0005
CODDEC-0005
Grupo | GIDC |
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Identificador | CODDEC-0005 |
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Tipología | Actas y declaraciones |
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Archivo | AMC |
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Referencia | Colección Bute, Libro IX, 1ª serie, ff.258r-259v |
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Resumen | Confesión de Ana de Mendoza contra fray Pedro Gallego |
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Fecha | 1577 febrero 27 |
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Lugar | Las Palmas de Gran Canaria |
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Provincia | Las Palmas |
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País | España |
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Scriptor | Alonso de Valdés |
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En Canaria veinte y siete días del mes de hebrero de mil y
quinientos setenta y siete años, ant'el señor inquisidor el licenciado Ortiz
de Funes, estando en su audiencia de la tarde, pareció sin ser
llamada
Doña Ana de Mendoça, hija de Luis de Mendoza, bastarda,
Doñ'Ana 1primera
contra
fray Pedro Gallego
supra folio 54 55
57 58 59
testificasiones
contra este frayle
lo proprio y
infra folio 248
49 hay sobre
proprio contra el
mismo sacado
ceso donzella de la qual fue rezibido juramento en forma de derecho
so cargo del cual prometió de dezir verdad e
qu'es de edad de veinte y seis años poco más o
menos, e que por descargo de su conciencia
viene a dezir y manifestar en'ste santo oficio cómo habrá
dos años un día de nuestra señora, que no se acuerda qué día era,
estando esta declarante en casa de un tío suyo, Francisco
Hernández, tundidor , difunto, una vigilia de nuestra
señora por la tarde, habiendo ido la muger de Francisco
Hernándes a confesar a Sant'Ana, vino a pedir limosna
un fraile de la orden de San Francisco que se dize fray Pedro
Gallego, qu'es ido d'España, y habló con esta declarante
y ella le dixo que tenía pena de no haber ido a
confesar para aquella fiesta de nuestra señora y el dicho fraile le
respondió: "No tenga pena, váyase mañana bien de
mañanita y confesará conmigo y, si no tuviere con
quién ir, yo le enviaré un ama que acompaña
unas hijas de Canseco" y ella le respondió que
no la embiase, que con un primo suyo iría, y ansí
fue luego por la mañana al monasterio de San Francisco
y embió a su primo que iva con ella que
dixese al portero cómo estava allí aguardando Doñ'Ana de Mendoça,
el cual fue y el portero le dixo que se sentase junto
al confisionario y que en dando un golpe entrase
dentro del confisionario; y esta declarante se sentó
junto a uno y, cuando por dentro del
confisionario dio el dicho fray Pedro un golpe, entró esta a se
confesar y, luego que entró, dixo el dicho fray Pedro: "Benga Dios
con ella" y esta declarante le respondió: "Nuestro señor sea"
con su reverencia y, acabadas estas razones sin
qu'el dicho fraile le dixese cosa alguna, se hincó de
rodillas y se persinó y hincada esta declarante le
dixo el dicho fraile: "Diga lo que le da pena" ; pero no sabe esta
declarante si el fraile la vio persinar, y luego
esta declarante dixo sus pecados, que no le quedó más que
decir, y esta declarante como los iva diziendo él iva
preguntándole: "Pues, ¿cómo fue eso?, ¿hay más d'esto?",
de manera que dixo toda su confesión, sus pecados,
y acabado esto el dicho fraile abrió la portecica por donde él
entró al confisionario y luego començó a dezirle a esta
declarante, conforme a lo que ella le había dicho en la
confesión, que para qué curava aora de tener confiança
en sus padres ni parientes, que toda la vida la habían de
tener al rincón y no hazerle bien, que hiziese esta
declarante lo qu'él quería, que le quería mucho y que le
deseava mucho bien. Y esta le respondió a lo qu'él le
dixo que qué es lo qu'él quería y él le dixo que le diese
su virginidad y qu'él se lo pagaría bien. Y esta le
respondió que no lo haría por todo el mundo, que su padre
era hombre de bien y parientes tenía que la
favorecerían y, cuando no, Dios estava en'l cielo y en la
tierra que la favorecería y, tras d'esto, el dicho fraile
le dixo las más feas y desonestas palabras que
se pueden decir, que por la honestidad y vergüença las
calla. Y como esta declarante le vio dezir y
desvariar todo aquello, callóse y no le respondió por temor
de la gente que estava de fuera no lo entendiesen
y pidióle que la absolviese de lo que le
había confesado, temiéndose por haberle descubierto sus
pecados, y él dixo que no la quería absolver
por que había de ser trabajo para él y
para esta declarante también y esta declarante le
respondió: "Padre si vos tenéis vuestro corazón dañado,
yo traigo el mío limpio y, si me diérades
a entender vuestra intención al principio, en tal día como
este yo no viniera acá, que yo buscara confesor"
y el respondió: "No tenga pena; otro día véngase
por acá, que yo le buscaré un confesor con quien
confiese estos pecados que me ha confesado"
Y esta confesante le dixo: "Ya que no me quiere
absolver, teniendo pesadumbre de lo que le
había confesado, mire que sea secreto debaxo de
confesión, pues me truxo debaxo dese hoto" y él
le dixo que lo que avía pasado allí no lo dixese a nadie, a
primo ni a prima, y esta le dixo al tiempo que
se levantó en'l confisionario para salir fuera: "He
sido tan desdichada que no he salido con mi
buena intinción" y ansí se salió. Y esto pasó y es la
verdad para el juramento que tiene hecho. Y no lo dize por
odio que con él tenga, sino por descargo de su conciencia.
Fuele leído su dicho y habiéndolo oído y entendido
dixo que está bien escrito. Fuele encargado secreto so pena
de excomunión; prometiólo. Ante mí, Alonso de Valdés, secretario
entre renglones "pasado allí no lo dixese a nadie", vala
"salir del confesionario" no vala,
.verte folium.
Y luego dixo que antes de ahora, días ha, le ha tenido algún
odio, porque le dixeron qu'el dicho fraile había dicho un dicho
ant'el regente y oidores en un negocio qu'esta
declarante trae contra un Gregorio Méndez, qu'está preso a
instancia d'esta declarante, el cual es gallego como el dicho
fraile, y el dicho Gregorio Méndez lo presentó por testigo en dicha
causa declarada y esto le dixo a esta declarante un
hermano suyo: Mira que fray Pedro gallego ha jurado contra ti,
¿qué le has dicho? y entonces esta declarante dixo
con enojo: "Cuitada de mí, ¿que tiene él que jurar contra mí?".
Si yo hiziera lo qu'él me dixo, no jurara; pero aora
en Dios y en su conciencia y ansí él le saque de trabajos.
No le tiene odio ninguno y qu'esto viene a declarar
por la carta que se leyó el domingo pasado. Ante mí,
Alonso de Valdés, secretario .
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